Visionario empresario estadounidense, clave en el impulso de la modernización de Chile. Nació en 1798 y llegó al país en 1820. Su padre, Ebenezer Wheelwright, fue capitán de barco, de quien heredó su gusto por el transporte marítimo. Con su llegada a Chile se dedicó al transporte, trasladando especias y lingotes de metales a lo largo de la costa. En 1835, Wheelwright impulsó la creación de una línea de vapores entre Chile, Perú y Panamá, superando grandes dificultades financieras y técnicas. En 1838 fundó en Inglaterra la Pacific Steam Navigation Company, iniciando en 1840 la navegación a vapor en el Pacífico, con el apoyo de los gobiernos de Perú, Ecuador y Chile, además del valioso aporte de capitales británicos que se sumaron a la iniciativa.

Posteriormente, enfrentó problemas de abastecimiento y mantenimiento, pero logró establecer la conexión marítima con Europa, consolidando uno de los avances más significativos en la historia del transporte en el Pacífico.
Su espíritu innovador lo llevó a realizar mejoras portuarias, la construcción de muelles y faros, y proyectos que fortalecieron la infraestructura del norte chileno. Entre 1849 y 1851, lideró la construcción del Ferrocarril Caldera–Copiapó, el primero de Chile y el tercero de Sudamérica, que permitió unir el puerto de Caldera con las zonas mineras del interior, acelerando el transporte de insumos, pasajeros y minerales hacia los barcos de su propia flota de vapores.

El contexto era propicio, el descubrimiento del mineral de plata de Chañarcillo en 1832 había transformado a la Región de Atacama en un centro de intensa actividad minera y comercial. Para responder a esa demanda creciente, Wheelwright, accionista de la Compañía Anglo-Chilena de Minas de Copiapó, impulsó la creación del ferrocarril con el apoyo de reconocidos empresarios nacionales como Agustín Edwards Ossandón, Diego Carballo y Candelaria Goyenechea de Gallo, figuras clave del desarrollo económico del país.

La llegada del tren cambió definitivamente el norte de Chile. El ferrocarril no solo permitió la fundación del puerto de Caldera, sino que también dio un nuevo impulso a la vida económica y urbana de Copiapó, consolidando la región como un eje del progreso industrial. Entre las innovaciones destacan la instalación de grandes destiladoras de agua, que eliminaban la cal del líquido para proteger las calderas de las locomotoras y proveer agua potable a la población, y la implementación del alumbrado público a gas, una tecnología inédita en el país que iluminó las calles de la ciudad y simbolizó el avance hacia el futuro.

Su figura es conocida por su incansable y profundamente convencido del poder del desarrollo tecnológico, Wheelwright también fundó en 1851 el primer cuerpo de bomberos de Chile, el mismo año en que comenzó la construcción definitiva del ferrocarril de Copiapó. Su legado fue mucho más que obras materiales: dejó una huella de progreso y visión, que marcó el inicio de la era industrial chilena, transformando para siempre la historia de Chile.